MICHAEL JACKSON: “NO IBA A DEJAR QUE EL NIÑO CAYERA. NO SOY IDIOTA”

Escrito por el noviembre 19, 2020

Michael Jackson quiso presentar al mundo a su pequeño Blanket (actualmente Bigi) de 9 meses. Llevado por la emoción, no solo salió con él en brazos al balcón del hotel berlinés en el que se alojaba, sino que, en un gesto irreflexivo, lo sacó por encima de la barandilla. Fueron apenas unos segundos, pero 24 horas después, las imágenes habían dado la vuelta al mundo. Estalló una tormenta mediática de proporciones épicas. Le tacharon de lunático, se cuestionó su aptitud como padre… incluso se llegó a decir que por poco ‘asesina’ a su hijo. Inmediatamente, Michael emitió un comunicado disculpándose y pocos meses después, a través del documental Living with Michael Jackson respondió a quienes le acusaban: «No me conocen. ¿Cómo pueden decir eso cuando no me conocen?».

El 19 de Noviembre de 2002, Michael Jackson llegaba al aeropuerto de Berlín con sus tres hijos, Prince, Paris y Prince Michael II. Dos días después asistiría a la ceremonia de los Premios Bambi en la que sería reconocido como el Artista Pop del Milenio. En torno a 200 fans se habían reunido a la entrada del Hotel Adlon, cerca de la Puerta de Brandeburgo, para dar la bienvenida a la comitiva. La multitud de seguidores se mantuvo allí durante los días que duró su estancia en la capital alemana.

¡Hey Michael, queremos conocer a tu familia!

Michael, que se alojaba en una suite de la tercera planta, salió al balcón decenas de veces para saludar a sus fans: les lanzaba mensajes de amor escritos en toallas, almohadas, aviones de papel. En cualquier momento podía aparecer, y mientras, la gente esperaba cantando, proclamando su amor por su ídolo… le pedían continuamente si podían ver a sus hijos. Coreaban «¡Hey Michael, queremos conocer a tu familia!». De vez en cuando, el artista cogía en brazos a Prince Michael, de cinco años, o a Paris de cuatro, y salía con ellos al balcón. Los niños, en todo momento con la cara cubierta, saludaban y lanzaban besos.

Había también un objetivo común, recíproco, contra la prensa. El ‘rey del pop’ salía con carteles en los que se podía leer ‘Stop Filthy Press’ (Stop a la prensa inmunda) o ‘Burn all tabloids’ (Quemad toda la prensa sensacionalista) y encontraba la empatía de todos sus seguidores.

El martes, 19 de Noviembre de 2002, el mismo día de su llegada a Berlín, Michael tomó en brazos a su hijo de 9 meses, Pince Michael II (apodado cariñosamente Blanket) y salió con él al balcón para que le conocieran sus fans, aunque una toalla blanca cubría la cara del pequeño. Le tenía agarrado con un brazo alrededor de la cintura, y en un momento dado, lo asomó fuera de la barandillaLos gritos de júbilo de la gente se transformaron en gritos de angustia. Fueron apenas unos segundos… que en 24 horas dieron la vuelta al mundo.

Padre negligente, lunático, deberían arrestarle

La tormenta mediática estaba servida. La prensa mundial, escandalizada, se hizo eco del desafortunado episodio, arremetiendo contra Jackson. Las imágenes de Michael con Blanket sobre la barandilla, llegaron a emitirse a cámara lenta, una y otra vez, enfatizando el gesto irresponsable e imprudente de la megaestrella. Fue unánimemente condenado y cuestionado como padre. Le calificaron de «Papá Loco Malo» (Daily Mirror), «Lunático» (Sun). También se dijo «Jackson juega con la vida del bebé» (Expressen) o «La policía de Berlín debería arrestar a este padre negligente por poner en peligro a su propio hijo» (Mirror)

Abrumado, Michael no tardó en emitir un comunicado disculpándose: «No tengo excusas para explicar lo que ha ocurrido. He cometido un terrible error. Me dejé llevar por la emoción del momento. Nunca pondría en peligro la vida de mis hijos. Nunca»

Un guardaespaldas reveló que Michael se había encerrado en su habitación durante un día entero, avergonzado, después de ver las fotografías que habían captado el momento.

En Febrero de 2003, se estrenó el documental televisivo Living with Michael Jackson, en el que el periodista Martin Bashir entrevistaba a Michael Jackson. El artista pudo explicar el incidente y, si bien admitió la superficialidad de su acto, también enfatizó la mezquindad que los medios habían empleado contra él. «La niñera estaba allí conmigo. Y yo mantenía al niño fuertemente apretado y… me dejé llevar por el momento. Le mantenía bien sujeto, solo intentaba decir hola a mis fans alemanes que me pedía ver a mi nuevo bebé, y decidí mostrarles a Blanket un minuto… en realidad fueron dos segundos».

Michael continúa: «Pero cuando salió en las noticias, lo pusieron a cámara lenta, y me hacía parecer un excéntrico idiota, balanceando a su bebé sobre el balcón, como un cabeza hueca. No emitieron la historia completa… No me hace feliz haber colgado a mi hijo sobre el balcón, pero sí me hace feliz haber dejado que los niños saludaran». El artista tenía claro que todo esto ocurrió porque era él: «No iba a dejar que el niño cayera. No soy idiota. Soy muy inteligente. No se puede triunfar y ser estúpido. Si cualquier otro lo hubiera hecho, si fuera cualquier otra estrella en el mundo, nadie hubiera dicho nada»

En un momento del documental, Bashir cita una información de un periódico «Después de lo ocurrido en Berlín, la gente debería estar preocupada por el bienestar de los hijos de Jackson». A lo que él responde «No me conocen. ¿Cómo pueden decir eso cuando no me conocen?».

 

Fuente Originalmente: Los40.com
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